Nueva normativa CPR

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El sector de la construcción cuenta con la nueva normativa CPR como marco en el que realizar determinadas actividades. Esta es una norma que afecta a diferentes áreas y que debe ser conocida por los especialistas en el sector, ya que se aplica en todos los países que integran la Unión Europea. Dentro de los productos que contempla esta normativa, el cableado también aparece en ella y se ofrecen nuevas indicaciones para su fabricación.

Estar al día con las normativas que van apareciendo es prácticamente obligatorio y útil para evitar incidencias legales en el desarrollo de una determinada actividad profesional. Por ello, esto es lo que hay que conocer en profundidad de la CPR y qué efectos produce.

¿Qué es CPR?

La normativa CPR (Construction Products Regulation), o Reglamento Nº 305/2011 publicado por el Parlamento Europeo, establece unas condiciones normalizadas para la comercialización de productos destinados a la construcción en la UE. La Directiva 89/106/CEE queda anulada tras la promulgación de este reglamento en julio de 2013.

El ámbito de aplicación afecta a los diversos productos utilizados en la construcción, de entre los que destacan los que tienen que ver con el cableado. Diferentes tipos de cableado aparecen en el contenido de la norma, aunque si buscáramos la de aplicación de estos productos tendríamos que revisar la EN 50575.

Los cables de energía, cables de telecomunicaciones, cables de datos y cables control están afectados por este reglamento. Al ser utilizados en obras de construcción permanente, como son las obras civiles, esta normativa regula ciertas prestaciones de los cables. Quedan fuera los que se usen en el sector del automóvil, en electrodomésticos, ascensores y los que estén fabricados expresamente para un proceso.

¿Qué clase de prestaciones deben cumplir los cables regulados por la normativa CPR?

En la CPR encontramos que las prestaciones reguladas son las siguientes: reacción ante el fuego, resistencia al mismo y emisión de sustancias peligrosas. No solo se busca una normalización a nivel de la Unión Europea de los materiales de construcción, sino que se quiere ofrecer una mayor seguridad frente al fuego y las sustancias peligrosas que puedan contener. Además, también se garantiza la trazabilidad de todos los productos dentro de los estados miembros.

Para dejar claro a fabricantes y consumidores cuáles son las cualidades de los cables, la normativa CPR crea cuatro clases que se aplican a los cables eléctricos. Estas son: B2, C, D y E.

Cada una de ellas hace referencia al índice de crecimiento del fuego y propagación de las llamas que provocaría un cable en cuestión. De manera simple y llana, se puede saber qué tipo de cable se está manejando y plantear las contramedidas adecuadas, llegado el momento, en toda la Unión.

Entrando en detalle en lo que significa cada clase, la B2 y C engloban a aquellos cables que poseen las máximas prestaciones contra el fuego, es decir, son los que otorgan una mayor protección a personas y equipos. En cuanto a las dos restantes, las clases D y E tan solo presentan una protección básica frente a la posibilidad de que se desate un incendio.

Además de estos, quedan establecidos tres niveles adicionales de clasificación: s, d y a. Cada uno de ellos cuenta con varios subniveles para precisar aún más la protección que ofrece un determinado cable. En el caso del nivel s, se hace referencia a la opacidad de los humos, en el d a las partículas emitidas y el a representa la toxicidad o acidez que pueden presentar los humos producidos.

Los subniveles aportan información detallada de las circunstancias en las que nos veremos envueltos. Por ejemplo un cable C s1a, d0, a1 será un cable con una protección básica contra incendios, que provocará pocos humos y una visibilidad de hasta el 80 % a través de estos, una caída de gotas y partículas inflamadas que perdurarán durante 10 segundos y cuyos humos son de baja acidez.

¿Cuándo se empezó a aplicar la CPR?

Una vez hemos visto el significado de CPR y las clasificaciones que ofrece, conviene conocer los tiempos de aplicación. El 1 de julio de 2016 fue el día en el que esta normativa comenzó a aplicarse. Para facilitar la transición a las empresas productoras, se estableció un año para realizar los cambios pertinentes. Así, el 1 de julio de 2017 entró en plena vigencia produciendo los efectos previstos en ella.

En el caso específico de España, el Ministerio de Economía, Industria y Competitividad informó el 3 de abril de 2017 que los almacenes que hubieran adquirido cables no CPR antes del 1 de julio 2017 y aún tuvieran stock de los mismos, podrían comercializarlos sin problemas hasta agotarlos.

CPR, una normativa de la construcción

La normativa CPR nos ofrece una valiosa información acerca de las cualidades de un cable determinado. Conocer esta normativa de la construcción es obligatorio para fabricar un producto seguro y fácil de rastrear en toda la Unión Europea.

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